Fuente: Infoinmigrante
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, enfrenta uno de los momentos más críticos de su carrera política tras estallar un nuevo escándalo de presunta corrupción que salpica directamente al PSOE.
Santos Cerdán, uno de los hombres de mayor confianza de Sánchez y figura clave en la estructura del partido, ha sido implicado en un supuesto caso de sobornos relacionados con la adjudicación de obras públicas.
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La gravedad del caso ha obligado al propio presidente a romper dos meses de silencio, comparecer públicamente y pedir disculpas.
Un gesto necesario, pero que llega en un contexto político especialmente delicado, en el que múltiples reformas están en juego, incluida la regularización extraordinaria de migrantes y las reformas al Reglamento de Extranjería.
Hasta hace pocas semanas, el PSOE se encontraba en negociaciones con partidos aliados para sacar adelante esta regularización que beneficiaría a cientos de miles de personas.
Sin embargo, el escándalo hclave. Podemos, uno de los principales impulsores de la regularización, ha lanzado duras críticas al PSOE, cuestionando su integridad y exigiendo transparencia antes de continuar las conversaciones.
También queda en duda el respaldo de partidos como Junts, cuyo apoyo ha sido decisivo para la gobernabilidad de Sánchez.
Cataluña, con una postura ambivalente, podría inclinar la balanza en función de los acontecimientos de los próximos días.
Mientras tanto, desde la oposición, Alberto Núñez Feijóo (PP) ha pedido un adelanto electoral inmediato, alegando una pérdida de legitimidad del Gobierno actual.
El líder popular ya ha adelantado que, en caso de llegar a La Moncloa, dará un giro radical a la política migratoria, dejando sin efecto los esfuerzos actuales por regularizar a los migrantes y endureciendo las condiciones de entrada y permanencia en el país.
La pregunta clave ahora es: ¿tendrá el PSOE los votos necesarios para seguir adelante con la regularización? La presión social en favor de los derechos de los migrantes sigue siendo alta, pero la realidad parlamentaria podría cambiar drásticamente si los socios del Gobierno se repliegan.
Aunque Sánchez ha asegurado que seguirá al frente del Ejecutivo, la presión ciudadana y la incertidumbre política podrían obligarlo a tomar decisiones más drásticas en las próximas semanas.