
La interrelación con personas de otros países es la forma más enriquecedora de aprender desde todas las perspectivas, el bien o el mal no se define por la cultura o las costumbres. Quien cierra su mente no abre su espíritu y vivirá apartado en el resentimiento procurando siempre expandir odio por donde que transite.
Las redes sociales se han convertido para estas personas en su mejor escaparate para sembrar discordia, fomentar divisiones y lanzar opiniones generalizadas sobre una nacionalidad determinada en el caso de que algún extranjero cometa un delito.
Una cosa es mostrar una problemática que nos atañe a todos los ciudadanos de bien, y otra muy diferente es habituarse a crear contenido única y exclusivamente para denigrar sobre las procedencias, culturas y costumbres de la gente de afuera, aprovechando las noticias de aquellos que van a otro país a delinquir y de paso arrastrar con la buena imagen de la inmensa mayoría que llegan a ganarse la vida trabajando honradamente para salir adelante.
Más preocupante, incluso es que quienes están llamados a preservar la tolerancia y los buenos hábitos de convivencia, sean los primeros en esparcir el mal ejemplo, y desde sus cargos de responsabilidad política se encarguen de crear una guerra abierta callejera entre nativos y extranjeros.
Discursos escritos en redes que hacen daño, máxime en las Islas donde a pesar de estar en un paraíso del mediterráneo, los problemas están a la luz del día: el precio de la vivienda por las nubes, bajos sueldos, sistema público de salud colapsado, escases de funcionarios, e incluso aunque sea difícil de creer, falta de mano de obra.
Infortunadamente hay gente, y sobre todo en estos tiempos, que se aferra a la teoría de que todos los extranjeros son malos, perversos y delincuentes. Sin embargo, hace pocos días teníamos el claro ejemplo de Ahmed, hijo de inmigrantes marroquíes, nacido en Australia, que en un acto de valor cívico y arriesgando su propia vida, no vaciló en lanzarse para desarmar a uno de los terroristas del atentando perpetrado en Sidney durante una fiesta judía en una playa.
Ahmed el Ahmed, 43 años, frutero de profesión y padre de dos hijos se llevó dos balazos en el brazo y la pierna cuando intentaba de inmovilizar a uno de los criminales. El héroe de Sidney como se le conoce tuvo que ser ingresado de urgencias en un hospital.
El ataque terrorista en Bondi Beach durante una celebración de Janucá (Hannukah) dejó una escena dantesca que terminó con 12 fallecidos y 29 heridos, pero podrían haber sido muchos más. En medio de la confusión, mientras los asistentes huían despavoridos, Ahmed al Ahmed corrió hacia el peligro y salvó vidas humanas.
Las autoridades locales confirmaron en su momento que la acción de Ahmed salvó muchas vidas, aunque el número exacto es imposible de determinar. Chris Minns, premier de Nueva Gales del Sur, calificó las imágenes como “la escena más increíble que he visto jamás” y añadió que muchas personas están vivas gracias a esa valentía. El primer ministro Anthony Albanese también destacó el ejemplo de los australianos que corrieron hacia el peligro para ayudar a otros decía Euronews.
Los medios ha generado una oleada de reacciones en redes sociales, donde miles de usuarios han expresado su admiración por alguien que, en palabras de uno de ellos, decidió no ser parte de quienes huyen del peligro.
Esto nada confirma que el problema no recae sobre la nacionalidad de quien perpetra un delito, sino en la valiente acción de quienes están dispuestos a salvar la vida de los demás sin tener en cuenta procedencias, creencias o costumbres. En momentos de angustia como estos, las fronteras quedan aparcadas y es cuando confirmamos que el lugar de origen no nos hace buenos o malos.
El ataque terrorista en Bondi Beach durante una celebración de Janucá (Hannukah) dejó una escena dantesca que terminó con 12 fallecidos y 29 heridos, pero podrían haber sido muchos más. En medio de la confusión, mientras los asistentes huían despavoridos, Ahmed al Ahmed corrió hacia el peligro y salvó vidas humanas.
Las autoridades locales confirmaron en su momento que la acción de Ahmed salvó muchas vidas, aunque el número exacto es imposible de determinar. Chris Minns, premier de Nueva Gales del Sur, calificó las imágenes como “la escena más increíble que he visto jamás” y añadió que muchas personas están vivas gracias a esa valentía. El primer ministro Anthony Albanese también destacó el ejemplo de los australianos que corrieron hacia el peligro para ayudar a otros decía Euronews.
Los medios ha generado una oleada de reacciones en redes sociales, donde miles de usuarios han expresado su admiración por alguien que, en palabras de uno de ellos, decidió no ser parte de quienes huyen del peligro.
Esto nada confirma que el problema no recae sobre la nacionalidad de quien perpetra un delito, sino en la valiente acción de quienes están dispuestos a salvar la vida de los demás sin tener en cuenta procedencias, creencias o costumbres. En momentos de angustia como estos, las fronteras quedan aparcadas y es cuando confirmamos que el lugar de origen no nos hace buenos o malos.
Los medios ha generado una oleada de reacciones en redes sociales, donde miles de usuarios han expresado su admiración por alguien que, en palabras de uno de ellos, decidió no ser parte de quienes huyen del peligro.










