La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, y el premio Nobel de Economía David Card han conversado sobre el impacto de los movimientos migratorios en la economía. “En nuestra política migratoria, explica Elma Saiz, combinamos la evidencia científica, que nos aporta certidumbre sobre los beneficios de la población migrante, y el respeto a los derechos humanos, que no podemos cuestionar. Por eso son tan interesantes los estudios de David Card, que lleva más de 40 años estudiando el fenómeno migratorio en la economía y recogiendo datos reales”.
El profesor David Card, quien, entre otras cosas, estudió el impacto de la llegada de migrantes a Florida procedentes de Cuba, fue premio Nobel de Economía en 2021. La Academia Sueca destacó que sus investigaciones “desafiaron la sabiduría convencional” en temas clave como el salario mínimo, la inmigración y la educación. En lugar de basarse únicamente en modelos teóricos, Card utilizó datos reales para entender cómo funcionan los mercados laborales.
El premio Nobel ha estudiado casos reales de movimientos migratorios en el ámbito de la economía laboral, donde ha utilizado métodos empíricos rigurosos. Uno de sus trabajos más famosos se centró en el “éxodo del Mariel”, por el que llegaron más de 100.000 cubanos al sur de Florida en 1980. Card, con los datos registrados tras su llegada, demostró que un aumento drástico de inmigrantes no afectó negativamente los salarios ni las tasas de desempleo locales, ni siquiera para los trabajadores de menores ingresos.
“En temas migratorios, donde se genera un debate interesado, la evidencia científica cobra una importancia especial. Los datos son muy importantes porque vemos que hay formaciones que “juegan” con la percepción de los ciudadanos al difundir bulos”, ha dicho Elma Saiz en el conversatorio.
Más de cuatro décadas de investigación
La ministra Saiz ha puesto de relevancia que “la migración es positiva para la economía, y David Card nos demuestra en sus investigaciones, que están basadas en modelos y datos reales, que esta migración no tiene efectos negativos significativos sobre los salarios ni el empleo de los trabajadores locales con baja cualificación. Esto desmonta el mito sobre la competencia laboral entre migrantes y nativos que tanto daño puede hacer a la convivencia”.
No es el único mito que ha desmontado el Nobel en sus más de cuarenta años de investigación sobre el mercado laboral y, en particular, la influencia de las migraciones en su devenir. En uno de sus trabajos, por ejemplo, David Card, en este caso junto a Giovanni Peri, ha demostrado que los inmigrantes tienden a ocupar puestos complementarios a los de los trabajadores nativos, en lugar de competir directamente por los mismos empleos.
Asimismo, en un estudio con Christian Dustmann e Ian Preston, Card mostró que las actitudes hacia la inmigración están más influenciadas por factores culturales y sociales que por impactos económicos reales que pueda tener sobre el mercado laboral o los salarios. “Cabría decir que cuando el mercado laboral es fuerte, la población es más receptiva a la llegada de migrantes. Y cuando no es así, es porque intervienen factores de otra naturaleza que alteran ese comportamiento”.
David Card ha reconocido la buena situación del mercado laboral español en este aspecto. “Un mercado laboral fuerte debe tener una buena proporción entre personas que trabajan y personas que no, como los pensionistas, y eso España lo cumple perfectamente”, ha explicado.
Por su parte, Saiz ha aportado datos que evidencian que la aportación de los migrantes en el mercado laboral es más que reseñable: “La población activa ha crecido un 97% gracias a los extranjeros y, además, su tasa de actividad es más alta debido a la diferente estructura por edades (69% de los extranjeros frente a 57% de españoles)”.
“No se nos olvida que antes de que un latinoamericano o un senegalés vinieran a España, antes de que nuestros hijos emigraran a Reino Unido o Alemania, nuestros padres, madres, abuelos y abuelas se fueron huyendo de una guerra y una dictadura, y su memoria aún forma parte de la historia reciente de muchos países como Suiza, Argentina o Marruecos. Ser españoles no nos hace más especiales que un migrante porque fuimos, somos y seremos migrantes”, ha concluido la ministra.