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viernes, abril 26, 2024
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    Aligi Molina: “Palma debe ser una ciudad abierta y tolerante en la que los nuevos mallorquines se impliquen de lleno para construir una buena convivencia”

    Afirma el regidor venezolano del Ayuntamiento de Palma

    Aligi Molina: “Palma debe ser una ciudad abierta y tolerante en la que los nuevos mallorquines se impliquen de lleno para construir una buena convivencia” 

    Se considera un mallorquín más sin perder la identidad por sus orígenes y considera fundamental conocer las costumbres de la sociedad de acogida

    Por JPBA

    Han transcurrido 12 años desde que Aligi Molina, nacido en Maracay, Venezuela, llegara junto con  su madre a Mallorca. La idea era cuidar de su abuela, emigrante,  casada desde hace treinta años con un mallorquín. En aquel entonces con 17 años de edad reconoce que le costaba adaptarse a una nueva cultura, romper con los estereotipos para iniciar una nueva vida.

    Sin embargo, poco a poco fue cambiando el chip hasta que decidió estudiar psicología en la UIB, Universitat de les Illes Balears para posteriormente vincularse a movimientos de voluntariado y organizaciones reivindicadoras de derechos humanos. En estos años Aligi admite con orgullo que se siente un mallorquín más sin nunca renunciar a sus orígenes latinoamericanos.

    Una de las herramientas que utiliza en el día a día es su perfecto conocimiento del mallorquín. “Es un instrumento que nos facilita la integración a la sociedad de acogida”, y añade que la clave del éxito está en romper los estereotipos que existen acerca de los países latinoamericanos y la integración de su gente.

    Sin duda alguna, para el nuevo regidor de Igualdad, Derechos Cívicos, Familia e Inmigración del Ayuntamiento de Palma, la integración pasa por “conocer la cultura y lengua local, la forma de pensar, la gastronomía y demás costumbres típicas”.

    Aligi confiesa que nunca se planteó la posibilidad de convertirse en regidor o estar en un cargo de responsabilidad en la política de una ciudad, pero explica que todo tiene un proceso. “En 2009 me inicie en el activismo social vinculándome a varias organizaciones como Médicos del Mundo, Cruz Roja y Amnistía Internacional. Llegó un momento en que sentía que las cosas debían cambiar y por eso decidí ser parte del 15M, creía que era el momento de dar el paso adelante, observo un mundo injusto con necesidades de cambios, e incluso, en campaña no me llegué a plantear estar al frente de una regiduría”.

    Tan a pecho se ha tomado su papel de activista social por la lucha de los derechos humanos y la educación, que a Aligi Molina se le recuerda por haber sido juzgado y condenado a pagar 720€ junto con otras 42 personas por la Audiencia de Palma merced al asalto a la Conselleria de Educación en mayo de 2012 en una protesta estudiantil que rechazaba los recortes y la política educativa del expresidente del Govern, José Ramón Bauza

    Aligi esboza una tímidamente sonrisa esgrimiendo que se considera un luchador de los derechos humanos y la educación de calidad, “es una cuestión de bienestar social”, comenta para aludir que la educación no se puede imponer a la fuerza.

    Ya en el presente el joven, representante de Som Palma en el tripartito de gobierno del Ayuntamiento de Palma, considera que “muchas veces no basta la lucha por el voluntariado, es necesario la implicación a la política, no vale solamente un modelo asistencial y de caridad, lo que vale es el cambio estructural de la sociedad que al final es lo que cuenta y para ello hay que estar dentro del engranaje que nos permita ofrecerle a la ciudadanía un cambio de bienestar social”.

    En el aspecto que le compete en la regiduría que dirige afirma que las premisa fundamental que contempla es el trabajo en red y solidario entre los ciudadanos residentes en Palma. “No requerimos tanto de un cambio institucional sino cultural en el sentido de crear un tejido social para mirarnos con otros ojos y de esta forma permitir construir una ciudad más integrada con redes de apoyo mutuo que nos ayude a salvar la grave crisis que afrontamos”.

    En las declaraciones a este periódico, Molina deja entrever su defensa por los valores humanos, entre los cuales destaca los de la tolerancia por la diversidad sexual, la igualdad de género y el rompimiento de los estereotipos por el color de piel, creencias y costumbres por las personas llegadas de otros países.

    Refiriéndose a la inmigración que hace parte del engranaje de su regiduría, explica que hay un programa en concreto de mediación para la convivencia que se impulsará durante esta legislatura. En esta línea existen tres ejes fundamentales como lo son la mediación de resolución de conflictos, acceso a los servicios que presta el ayuntamiento y mediación cultural más amplia como Son Gotleu que hay que medir de una forma integral.

    Sobre el tejido asociativo inmigrante de Palma subraya que en los próximos días se pondrá en contacto con las diferentes entidades sociales y asociaciones. No obstante, concluye diciendo que lo más importante es comenzar a construir una ciudad abierta y tolerante en la que los nuevos mallorquines se impliquen de lleno en la buena convivencia. 



     

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