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sábado, abril 20, 2024
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    “Es muy complicado explicar a tus pequeños hijos lo que te ha pasado cuando llegas a casa con heridas visibles en la cara”

    El pasado lunes en las redes sociales saltaban las alarmas por la agresión de la que fue víctima el árbitro guatemalteco residente en Mallorca.

    Edgar Eduardo Chinchilla que dirigía un partido en la Liga Boliviana de Fútbol en el campo del Rotlet Molinar. El artículo del periódico digital Crónica Balear era compartido por cientos de perfiles a través del Facebook.
    Lo más impactante de la noticia aparte del incidente violento apuntaba al párrafo en el que se describía la acción de varios familiares que según el medio textualmente anotaba: “se habían enfilado directos al árbitro, quien como ha podido, ha salido huyendo hasta alcanzar la zona de vestuarios”
    En la mayoría de reacciones en las redes sociales y en los foros de opinión se repudiaba el hecho. Comentarios en contra del comportamiento de los colectivos nos llevaron a consultar lo sucedido, en esa línea, tres días después de la agresión hablamos el propio árbitro que aún se le notaba la hinchazón del ojo izquierdo.

    Baleares Sin Fronteras: ¿Cómo se produjo la agresión?
    Eduardo Chinchilla:
    Jugaban Real Pocona y el CDP Florida, hubo una falta cometida por un jugador marcado con el dorsal 16 que ameritaba para tarjeta amarilla, cuando se la fui a sacar no me dio tiempo, me lanzó un puñetazo y me dejó tendido en el suelo. Sufrí una mala caída y me golpee la cabeza con el suelo, quedé algo grogui hasta que un árbitro que estaba pitando otro partido llegó a auxiliarme. Me incorporé para irme al vestuario y luego me di cuenta que tenía el pómulo izquierdo inflamado. En ese momento no tenía dolor de hombro pero luego se me fue acentuando. Luego llamé a la ambulancia que oportunamente hizo presencia en el lugar, me trasladaron a Son Espases y me tomaron radiografías. El resultado era una fuerte contusión en el pómulo y el hombro dislocado. Inmediatamente, fui a la Policía Local a interponer la respectiva denuncia.

    BSF: ¿Es cierto que varios familiares de los jugadores se abalanzaron sobre usted con la intención de golpearlo lo que motivó que huyera a la zonas de vestuarios?
    E.CH:
    No es cierto, en ningún momento, es falso, incluso algunos jugadores y directivos de la liga me ayudaron y también sujetaron al agresor para que la cosa no fuera a mayores. Me fui por mi propio pie al camerino, pero nadie me persiguió o sentí amenazada mi integridad personal.

    BSF: ¿Lo apoyaron los directivos de la Liga Boliviana?
    E.CH:
    Sí, en todo momento hubo un apoyo total y absoluto de ellos, me ayudaron a llamar a la Policía. Los directivos hasta el momento me han dicho que tomarán cartas en el asunto.

    BSF: ¿Irá hasta las últimas consecuencias?
    E.CH:
    Sí, he tomado todas las medidas legales, la persona que me agredió ya es mayor, siempre pienso que la violencia no tiene cabida en el deporte. El fútbol es un deporte de roce, pero si se trata de pegarle a otro es mejor que este tipo de personas se inscriban en una escuela de full contac o karate. Para mí es muy triste, tengo familia y dos niños uno de 4 y otro de 8, es muy complicado explicar a tus pequeños hijos lo que te ha pasado cuando llegas a casa con heridas visibles en la cara.

    BSF: ¿Qué les dijo?
    E.CH:
    “Me preguntaron, ´Papá que te pasó´, me tocó decirles que me había caído, mientras que mi esposa se sintió impotente y molesta, nunca le ha llamado la atención que arbitre.

    BSF: ¿Tiene recorrido arbitrando partidos en fútbol federado?
    E.CH:
    “En Guatemala hice los correspondientes estudios de arbitraje y luego en Barcelona sí que fui árbitro federado. Ahora en Palma a mis 47 años no estoy federado. Pero definitivamente en el fútbol federado la competición es más sana ya que hay un respeto total al arbitraje, tenemos errores como cualquier ser humano, pero nadie tiene el derecho a agredirnos.

    BSF: ¿Lo habían agredido anteriormente?
    E.CH:
    Sí, hace dos años en otra ocasión me agredió otro chico, me metió un cabezazo en la barbilla, también lo denuncié pero no le seguí el curso. Lamentablemente no fui con un abogado a ninguna parte y no se llegó a juicio. Me molestó bastante porque en aquel entonces era el presidente de AMIPA, la asociación de padres de familia del colegio de mis hijos. Casualmente era para estas fechas porque teníamos con la asociación de bolivianos una actividad de entrega de regalos para los niños y ese día fue muy incómodo que todos me preguntaran qué me había ocurrido, me tocó explicar lo que me ocurrió.

    BSF: ¿Y aun así seguirá pitando?
    E.CH:
    Sí, seguiré arbitrando, no debo tener miedo, me gusta el deporte, Posiblemente descanse un par de domingos.

    BSF: ¿Si tuviera al agresor qué le diría?
    E.CH:
    Le diría que la violencia no conduce a ninguna parte, nadie puede practicar un deporte si no es tolerante. Llevo cuatro días con bastante dolor, con el ojo morado y me da vergüenza andar en la calle. No tengo ira contra él, lo que hizo no se lo cobraré yo, la justicia dará la última palabra. Si la primera vez se quedó en la impunidad esta vez le seguiré el curso a la denuncia.

    BSF: ¿Leyó los comentarios en las redes sociales tras la agresión?
    E.CH:
    Sí, pero sin duda alguna no se puede meter a todos en el mismo saco, en la Asociación de Bolivianos hay gente muy buena y es injusto que se generalice.

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