Este titular sería suficiente para despertar el interés de los habitantes de Mallorca y de quienes la visitan en el otoño. Si agregamos que Los Van Van han marcado el tope de la popularidad, durante casi cinco décadas, entre los bailadores cubanos y los amantes de la música isleña en los cuatro puntos cardinales, será un valor añadido y un aviso de la trascendencia del concierto en la sala Es Gremi, del polígono Son Castelló, el domingo 4 de noviembre.
Fundada el 4 de diciembre de 1969 por el Maestro Juan Formell, este colectivo nació desafiando los formatos tradicionales de la música popular cubana. Tal afán renovador incluyó la adición del bajo eléctrico, la organeta, la guitarra eléctrica, los violines y el cambio de la flauta de cinco por la de sistema en el formato de la charanga típica, además del montaje de voces propio de los cuartetos. El conocimiento y el gusto de Formell por el jazz, el blues, el feeling, el rock y otras sonoridades contemporáneas redondearon una peculiar fusión en busca de una identidad sonora inédita.
En cuanto al texto, prestó atención al lenguaje y los términos utilizados en las calles y contó historias cotidianas, construyendo crónicas de la vida de los cubanos que de inmediato tuvieron impacto y garantizaron alcance. Un referente importante fue la picaresca, incluyendo un doble sentido sugerente y nada vulgar, propio de figuras como Miguel Matamoros, Ñico Saquito y Faustino Oramas, El Guayabero. Y presidiéndolo todo, una atención especial a las necesidades y las reacciones de los bailadores.
Así plantó bandera Juan Formell con sus Van Van. Mientras otras orquestas seguían aferradas a lo habitual, el bajista formuló una sonoridad novedosa y con los aportes de José Luis Quintana, Changuito –un percusionista fuera de serie- y el sello personal de César Pedroso, Pupy, en el piano, lanzó una singular cadencia que se estableció con el nombre de Songo. Y desde entonces, la historia fue otra.
A partir de ahí, los éxitos de Van Van crecieron exponencialmente. Cuba, Latinoamérica, Estados Unidos, Europa y Asia han sido escenarios donde han brillado la creatividad, la sabrosura de una institución que ha sabido renovarse, sin dejar de atender al gusto de su público y elevando cada vez más el nivel profesional de sus integrantes. Ha sido escuela y forja de numerosos músicos que también han contribuido a la grandeza de nuestra música y cultura.
Aunque el Maestro Formell partió el 1 de mayo de 2014 hacia el Olimpo de los grandes artistas, su hijo Samuel, educado y fogueado en las esencias vanvaneras, conduce con destreza el curso del Tren de la Música Cubana, que estremecerá a Mallorca y pondrá a bailar y disfrutar a los afortunados que acudan a su encuentro. La invitación queda en pie.”.
