Por Juan Pablo Blanco A
Uruguay es el país más pequeño de Sudamérica con una extensión de 176.215 kilómetros cuadrados en el que viven tres millones y medio de habitantes. Pese a su corta extensión geográfica y baja demografía su bandera no pasa desapercibida. El paisito como se le suele denominar es cuna de grandes escritores, poetas, cantantes, deportistas, entre los que destacan renombrados futbolistas que han encumbrado al país a grandes logros internacionales.
Y es que el temperamento de los nacidos en Uruguay no propiamente se asimila al ADN de gente pasiva y conformista. Por el contrario, se les asocia por su tradicional garra charrúa- no sólo ligada al balompié- sino también a la tenacidad y a la forma de abordar la vida en momentos de dificultades.
Al igual que el resto de nacidos en el continente americano, la gente de Uruguay es proclive a la aventura, a buscarse la vida en otras latitudes geográficas que ofrezca un mejor porvenir y una oportunidad de progreso.
El temple de los uruguayos es suficiente para batallar contra las adversidades del día a día
Ese mismo carácter de raza de no amilanarse ante las vicisitudes ha hecho que un grupo de residentes uruguayos haya decidido a lanzarse a las calles de Mallorca a tender una mano solidaria a las personas en situación de vulnerabilidad, o que están al borde de la exclusión social por una pandemia que tiene contra las cuerdas al mundo entero.
Desde hace dos semanas, Rolando Colombo- conocido entre su gente como “Rolo”-, trabajador del sector de la pintura tuvo la idea de crear un grupo de WhatsApp. Los problemas y dramas sociales que se avecinaban no eran minúsculos, y menos para estar indiferentes.
Desde luego que estos quince días le han dado la razón para desgracia de quienes sufren el tsunami económico del coronavirus. Aunque parezca inverosímil ya hay hogares en donde comienzan a escasear los alimentos. La tendencia es que quienes viven del día a día de su trabajo este confinamiento les ha puesto en serios aprietos nunca pensados.
Logística de ayuda
Este grupo de ayuda denominado “Manos Solidarias” recorre por estos días los diferentes municipios de la Isla. María Noel Teperin , en el confinamiento de su piso es la encargada de coordinar las labores de entrega y recogida de alimentos y ropa.
Por las restricciones de circulación impuestas por el estado de alarma, tres conductores en igual número de furgonetas recorren varias calles de Palma y los pueblos donde se recoge y lleva la ayuda a domicilio. Los gestores de esta iniciativa reconocen la mediación del Cónsul en Barcelona, Pedro Valenzuela Durand, ante las autoridades de Baleares para tramitar los permisos correspondientes de circulación.
Desde que el grupo ha ido creciendo se han detectado las familias en situación de vulnerabilidad, tales como madres solas cabezas de hogar, mallorquines que no tienen ningún tipo de prestación, jubilados que no pueden salir de sus casas o inmigrantes, algunos de ellos, sin haber podido regularizar su situación administrativa en España.
Según cuenta, María Noel en el grupo de whatsapp y otros medios, la gente se comunica y pide que vaya a sus domicilios a recoger el aporte alimentario y de ropa. Acto seguido se organizan las tres rutas para comenzar el reparto de las ayudas.
“Apuntamos la dirección de la persona. Y uno de nuestros compañeros que tienen permiso de circulación se acerca a su domicilio. La persona llega con toda la protección necesaria (mascarilla y guantes). No se tiene contacto con el beneficiario de la ayuda, pues se deja la bolsa con alimentos en la acera que colinda con el portal de la finca.
El grupo de reparto lo integran Ana Luisa Caraballo, enfermera de Son Llatzer, que hace voluntariado una vez termina su jornada laboral en la sanidad. A esta cadena de solidaridad se ha sumado el comunicador uruguayo, Federico Marotta, presidente de la Asociación República Oriental del Uruguay.
La vinculación Marotta, también integrante de la Plataforma por la Inmigración, ha sido clave para seguir recibiendo solicitudes de personas de varias nacionalidades y entidades sociales de Mallorca con serios problemas para acceder a los alimentos.
María Noel también destaca la valiosa colaboración en Sa Pobla y Alcudia de sus compatriotas, Eduardo De León, taxista y propietario de una panadería y de Luján Seijas, conocido por formar parte del grupo musical ”Jugosa Candombe”.
Ayuda de la gente de Manacor y sus alrededores
En la zona del Levante. “Contamos con la enorme ayuda de José “Pepe” Finozzi, trabajador del sector grúas que ejerce de nexo en el reparto entre Manacor y Palma”, comenta.
Gonzalo, propietario de la Panadería Dulce De Leche , localizada en la Vía Palma 100- Local 1 de Manacor , reciben de lunes a sábado donativos en el horario de 7:30 a 14:00 y de 17:00 a 20:00. Reconocidos empresarios de ese municipio y sus alrededores lo contactan por teléfono para hacer donativos (871 510 359).
Los uruguayos de “Manos Solidarias” también agradecen a la Asociación Cubana por su donativo de ropa para niños. Igualmente a SI- Mallorca Solidaridad Internacional, afincados en Llucmajor, cuyas ayudas van destinadas a familias y mamás solas con bebés y niños pequeños.
Si desean colaborar con “manos unidas”:
móvil 674 085 474
o al correo electrónico:
manossolidariasmallorca@outlook.es
