Por Álex Pomar
El fútbol federado no profesional se encuentra en una situación de indefensión absoluta para afrontar la nueva temporada 2020/21, que en teoría salvo cambios de última hora por la evolución de la pandemia, comenzaría el 3 de octubre en las Islas.
Las competiciones comenzarán gradualmente desde dicho día hasta el 30 de octubre. Pero a estas alturas sin un protocolo sanitario a seguir son muchas las preguntas sin respuestas que se hacen desde los clubes para salvaguardar la salud de los jugadores, y al mismo tiempo, enfrentar cualquier tipo de responsabilidad jurídica en el caso de contagios de coronavirus.
En esa línea hay varias incógnitas: ¿cómo se va a desarrollar la próxima temporada?, ¿qué medidas se van a tomar?, ¿cómo van a poder realizar su trabajo los clubes? y el nivel de responsabilidad jurídica de los clubes en caso de contagios.
Luis de Oleza, abogado con especialización en derecho deportivo, comenta que la Federació de Futbol de les Illes Balears debe asumir responsabilidades como organizadora de las competiciones de ámbito territorial.
“Hay que tener en cuenta que los clubes necesitan una guía, y más, en el fútbol no profesional, con la escasez de medios que existen. Para este caso concreto que hay una pandemia mundial, va a ser muy difícil que los clubes puedan cumplir las medidas de aislamiento al igual que lo hace un equipo profesional, por el simple hecho de que los jugadores no pueden dejar de trabajar.
Eso en categoría regional, pero si hablamos de fútbol base, nos encontramos con la misma situación, o incluso peor, debido a la imposibilidad de que los niños dejen de ir al colegio o a sus actividades extraescolares”, afirma de Oleza.
El abogado afirma que el papel fundamental que tienen los padres en la educación de sus hijos, es ahora más importante que nunca.
“Mi opinión es que hay que hacer entender a los padres y jugadores amateurs, que el riesgo de contagio está ahí. Cada persona tiene que ser consciente de su responsabilidad si quiere ir a entrenar o a jugar en los equipos, y si se contagia, no acusar ni al club ni a la Federación, siempre y cuando se hayan seguido las normas sanitarias por parte de los equipos”, afirma.
Por otra parte, Luis de Oleza aplaude la decisión de algunos clubes de suspender toda actividad y si no lo han hecho, recomendó que “se haga eso hasta no tener un plan concreto de cómo desarrollar su actividad normal, sobre todo entrenamientos y partidos amistosos. Aún así, cree que los clubes van a hacer todo lo posible por seguir las recomendaciones a rajatabla”.
Uno de los puntos importantes con esta pandemia es “que todos los clubes puedan solicitar a los jugadores una exención de responsabilidad en caso de que se produzca algún contagio, y que éste se demuestre que haya sido por culpa de una mala praxis del club. Por eso es tan importante que los equipos de Baleares cumplan toda la normativa sanitaria impuesta por las autoridades y que se elabore un documento firmado por cada miembro del cuerpo técnico y la plantilla en el que se acepte que se entienden los riesgos inherentes y para eximir al club de cualquier responsabilidad en caso de contagio”, comenta Oleza.
El abogado mallorquín afirma que “el sistema de responsabilidad en España se basa en la culpa. Por tanto, un jugador, en caso de contagio, debe demostrar que la culpa es del club o de otra persona. Por eso el documento firmado puede eximir de responsabilidades civiles, aunque se podrían reclamar responsabilidades penales, sin embargo, es difícil que algo así pudiera prosperar salvo en casos excepcionales de responsabilidad manifiesta
El tema importante a raíz de la crisis del coronavirus apunta a la imposibilidad de que muchos equipos se puedan mantener ‘a flote’. La falta de patrocinadores, la limitación en la entrada de público a los partidos, o incluso, su prohibición y diferentes factores harán imposible vivir una temporada como estamos acostumbrados. Además, muchos equipos ya han demostrado quejas ante la inflexibilidad a la hora de realizar los pagos correspondientes tanto a la federación como a otros organismos competentes.
A este punto advierte que “lo lógico es que en los pagos a realizar con la federación territorial hubiera un aplazamiento, e incluso, una rebaja, o que se pudieran compensar con los del año siguiente en caso de que se diera una suspensión de la competición”.
También añade que “en los clubes que se cobra al jugador por inscribirse, una solución sería que se pagara una cantidad que no se devuelva, un depósito, y si la competición sigue con ‘normalidad’ que el jugador continuara pagando. Al menos esa aportación recibida por los jugadores sería un ‘colchón para que los equipos pudieran hacer frente a los gastos corrientes”.
