Por Federico Marotta,
comunicador e integrante
de la Plataforma
por la Inmigración
Los partidos que están en el Gobierno español nos prometieron antes de las elecciones que quitarían el efecto de reciprocidad en el voto. Es decir, que permitirían que todos los inmigrantes residentes podrían votar en las próximas elecciones municipales.
De ese modo no importaría si existen acuerdos de reciprocidad entre el país de origen del inmigrante y España. Esperamos que cumplan lo que escrito está.
Llevamos tantas reuniones con diferentes delegados de gobierno en Baleares que vamos perdiendo la cuenta, se nos escapan de las manos los meses del calendario y todo sigue igual.
Nos referimos a las ya famosas “citas” en la Oficina de Extranjería de Palma. Lo que es un simple trámite administrativo se transformó en una desesperante situación para cientos y cientos de inmigrantes que ven perder sus derechos.
Sin embargo, la agilización de trámites también fue una promesa electoral. También lo fue llegar al 2020 con cero muertes en el Mediterráneo. Y allí andan los de siempre rescatando vidas de bebés, niños y adolescentes.
Hablar de políticas de inmigración en Baleares es repetir que sencillamente no existen. Uno se pregunta si vale la pena insistir en pedidos de reuniones. La Plataforma de la Inmigración solicitó cita a la Delegada de Gobierno el 14 de julio y la respuesta se debe haber perdido.
Que los trabajadores del campo y domésticos están marginados no es novedad. Que se prometió acelerar los trámites de revalidación de títulos a profesionales inmigrantes sanitarios también fue hecho, pero pasó rápido al olvido. Fue en los tiempos más complicados de la pandemia.
Son tiempos difíciles por el Covid-19, lo sabemos. No queremos privilegios. Tampoco queremos más abrazos pre-electorales.
Nos han llamado a reuniones presenciales y virtuales para distribuir la información del virus en nuestros colectivos y allí hemos estado. Que nos piden distribuir las tarjetas y enlaces y lo hacemos.
Que nos brindan algunas palabras cómplices referentes al 12 de octubre y todo lo que la fecha significa es una verdad que se agradece.
Pero más se agradecería contemplar los derechos ciudadanos. Los pedidos desesperados de la gente que no consigue una cita en Extranjería. El olvido del colectivo inmigrante. La falta de educación para la integración.
Creo que llevamos pidiendo por nuestros derechos mucho tiempo y estamos en el límite de la humillación. Es tiempo de continuar el camino del encuentro y del debate que habíamos comenzado tiempo atrás y que en estos días la epidemia prohíbe. ¿Es posible un movimiento inmigrante con fines políticos?
Hasta es factible que no estemos solos. Estamos a un paso del abandono a rogar por nuestros derechos. Estamos a un paso de comenzar a construir una referencia distinta y construir es mucho más edificante que rogar.
El camino podrá estar lleno de obstáculos, pero es el único, al momento, hacia donde las instituciones baleares y nacionales nos empujan.
