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sábado, abril 27, 2024
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    Miquel Oliver, admite las dificultades de gobernar en minoría,pero confía en lograr iniciativas que favorezcan a la ciudadanía

    Baleares Sin Fronteras: ¿Qué balance hace de las recientes fiestas de Sant Antoni, unas de las más emblemáticas del municipio?

    Miquel Oliver: Muy contento porque ha sido uno de los años más concurridos, todo hacía pensar que cuanta más gente hubiera se iban a incrementar los problemas, pero a decir verdad la gente se ha comportado bien y hemos podido garantizar la seguridad de los asistentes y el descanso de los vecinos. En esa línea, en el Patronato de Sant Antoni y el Ayuntamiento hemos quedado muy satisfechos.

    BSF: ¿Cuáles son las prioridades para el 2024?

    M.O.: Es un reto que lo estamos afrontando con mucha seriedad, debo recordar que estamos en un gobierno de minoría con la oposición en mayoría. Esto nos obliga a ser muy dialogantes y a la vez comunicativos y transparentes.

    Una situación que también obliga a la oposición a hacer un ejercicio de responsabilidad. Concretamente, cuando estamos hablando de algunos actos festivos, inversiones o contrataciones, tenemos que aprobar el presupuesto y hacer partícipe a la oposición. Por lo tanto decir que el presupuesto del 2024 será muy austero, no habrá grandes inversiones. Debemos recordar que aún estamos con el tema de las subvenciones y ayudas Next Generation para hacer inversiones para favorecer a la ciudadanía, tales como el embellecimiento de plazas y de lugares públicos y el proyecto de agua potable.

    BSF: ¿En qué fase encuentra este proyecto?

    M.O.: A priori técnicamente es de fácil resolución, para que nos entendamos es de modulo que viene pre fabricado y pre construido y lo instalas donde tienes el depósito, le conectas la manguera de entrada de los pozos y los depósitos para hacer en diferentes procesos la potabilización para luego tirarlo a red. Estamos hablando de una inversión importante en el procedimiento de contratación, y a la vez de construcción de este depósito, que tiene su dificultad.

    La idea era que a comienzos de este año estuviese en marcha, pero se ha retrasado un poco, sin embargo, durante este año tendremos agua potable en Manacor. Cabe decir que esto va ligado a toda la inversión que se ha comprometido la Presidenta del Govern balear para fijar en sus prioridades el tema de conducción de agua para consumo y de aguas residuales.

    Vale resaltar que en este año en la tramitación de unos terrenos para la ampliación de la depuradora con el fin de tratar las aguas fecales en condiciones y garantizar que el agua tenga niveles de calidad. Ahora mismo las depuradoras están al límite y no nos permite hacer según qué inversiones urbanísticas hasta que esto no esté resuelto, por lo tanto, la prioridad es el agua dulce potable de consumo humano, pero también de forma paralela trabajar en el proyecto de ampliación de ampliación de la depuradora.

    BSF: ¿Difícil gobernar en minoría, qué prevé para este año que comienza?

    M.O.: Sí, de hecho con la finalización de la situación pandémica nos han avisado que no podemos utilizar estos remanentes que teníamos hasta ahora, por lo tanto volveremos a la situación anterior de un presupuesto de unos 50 millones de euros, que una vez repartidos entre contratos adjudicados y gasto de personal, estaríamos hablando de entre unos dos y cinco millones de euros que tendremos disponibles. Sobre todo en cuanta ejecución urbanística nos encontramos con un plan general que cumplió recientemente su segundo aniversario. Estamos condicionados a que muchos de estos proyectos y desarrollos urbanísticos para la implantación de nuevos servicios y urbanizables el plan general no permitirá avanzar en este tema hasta que el proyecto del agua potable no esté arreglado.

    BSF: ¿Cómo está actualmente la demanda de servicios sociales?

    M.O.: Justamente hace un par de días salía la noticia que de los cinco ayuntamientos, el nuestro es el que menos invierte en ayudas económicas teniendo en cuenta que es un municipio de casi 50 mil habitantes. Estos datos son fríos cuando los analizas, pero a la vez hay cosas que se destacan como por ejemplo los últimos cuatro años se ha duplicado el gasto en este tipo de prestaciones y la otra es que los técnicos y trabajadores del área social son cuidadosos a la hora de asignar ayudas, en ese sentido, hay que tener en cuenta la profesionalidad de los técnicos del ayuntamiento para que no se haga mal uso del dinero público.

    Cabe decir que las personas que necesitan ayuda demostrable se le asigna, la otra es que si miramos el porcentaje del presupuesto destinado a ayudas sociales vemos que el Ayuntamiento siendo un municipio de 50 mil habitantes tiene un presupuesto relativamente bajo comparado con Inca, Llucmajor o Calvià. Nos gustaría no ser un Ayuntamiento que se caracterice por dar muchas ayudas sociales. Nuestro objetivo es la elaboración de planes de integración que ayuden a las familias a encontrar trabajo.

    BSF: ¿Cómo está la actuación de paro de los residentes en Manacor?

    M.O.: Según los números que se van manejando, estamos mejor que antes de la pandemia, ahora hay gente más ocupada. No tenemos un control directo de estos datos, lo que sí puedo decir es que globalmente la economía se comporta mejor que antes de la crisis del COVID-19. Manacor es uno de los municipios que más ha crecido en población respecto a otros que han bajado en residentes.

    BSF: ¿Cómo analiza la actual situación migratoria en Manacor, especialmente sobre el elevado número de pateras que llegan a Baleares?

    M.O.: Aunque es un tema de extranjería y no de las comunidades, debo admitir que lo hemos vivido en primera persona. Recordemos que con la pandemia realizamos una colaboración con la Delegación de Gobierno muy fructífera, pero a la vez criticada por según qué sectores que no entendían por qué el Ayuntamiento se involucraba en esto.

    BSF: ¿Recuérdenos ese apoyo logístico del que habla?

    M.O.: Recordemos que en una de las llegadas importantes que hubo en la Costa del Llevant, a estas personas se les exigía estar en cuarentena y los metros cuadrados que necesitaba Delegación del Gobierno para dar respuesta a garantizar todas las medidas sanitarias del caso, además de la situación irregular de estas personas que llegaron.

    Las personas que llegaban no podían hacinarse. Esta situación complico bastante a la Policía Nacional de Manacor, donde se pusieron algunos grupos en una casa rural del Ayuntamiento. Es verdad que fue una medida muy criticada por la extrema derecha, pero en este caso no hablamos de inmigrantes o no inmigrantes, estábamos hablando de personas en todo el sentido literal de la palabra, y nuestra obligación como administración era no dejar desamparadas a esa gente para garantizar las condiciones mínimas de salubridad.

    BSF: ¿Qué porcentaje del núcleo total de población abarca la población inmigrante de Manacor?

    M.O.: Estamos hablando de más de 100 nacionalidades, la predominante es la marroquí y después la colombiana. Cabe decir que los chavales de los colegios están realizando tareas sobre las pirámides de población y su procedencia. Ellos deben saber quiénes viven en su municipio, estamos en una Mallorca que hace tiempo que no existe y que los ocho apellidos mallorquines de los que siempre se ha hablado ya han quedado atrás.

    Debemos asumir la realidad plurinacional en la que nos encontramos como consecuencia de la globalización y el efecto llamada, también debo agregar que Mallorca es una tierra de diferentes culturas y la integración debe ser abierta y recíproca.

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