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lunes, abril 29, 2024
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    La pérdida de productividad impide que el crecimiento del 4% de la economía de Baleares durante 2023 se refleje en la calidad de vida y el bienestar

    La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público el informe Evolución Económica correspondiente al último trimestre de 2023, que señala que la economía de Balears creció un 2,8% de octubre a diciembre, tasa idéntica a la del trimestre anterior que, no obstante, permite dar completamente por cerrado el ‘agujero’ que provocó la pandemia (+0,6% vs -0,4%, 3º trim.). Con este resultado, Balears cerró el balance del ejercicio anterior por encima de las previsiones efectuadas hasta alcanzar un crecimiento del 4,0% (vs 11,3%, 2022).

    Este constante crecimiento esconde, no obstante, una nueva pérdida de la productividad, como refleja que la ocupación creciera durante 2023 (4,6%) a un ritmo superior al de la actividad (4,0%). Así, la baja productividad sigue lastrando el crecimiento balear, pues antepone la acumulación al aprovechamiento de los factores productivos (recursos naturales, humanos y de capital). En este sentido, cabe recordar que menos de una décima parte del crecimiento económico acumulado por el Archipiélago desde comienzos de siglo (30,7%) se explica por ganancias de productividad (1,6%), una proporción muy inferior a la observada a nivel europeo dónde las ganancias de productividad por ocupado (18,5%) contribuyen a más de la mitad del crecimiento acumulado (35,1%).

    Esta pérdida o baja productividad pone en riesgo parámetros fundamentales de calidad de vida y bienestar, dadas las implicaciones que tiene para el trabajo decente, la creación de empleo y el desarrollo empresarial sostenible. En estas condiciones, resulta difícil sostener a largo plazo un incremento nominal de los costes laborales por encima de la productividad, tal y como ha ocurrido durante el período 2000-2022 (72,4% y 66,7%, respectivamente).

    La consolidación de la senda de crecimiento de la economía balear se asemeja a la observada en buena parte de su entorno competitivo más inmediato. Así, la economía española también logró reforzar su crecimiento durante el cuarto trimestre de 2023 (2,0% vs 1,9%, 3º trim.), como el conjunto de la Unión Europea (0,2% vs 0,1%, 3º trim.) y algunas de sus principales economías —Bélgica (1,5% vs 1,4%, 3º trim.), Francia (0,7% vs 0,6%, 3º trim.), Italia (0,6% vs 0,5%, 3º trim.) o Alemania (-0,2% vs -0,3%, 3º trim.)—. Con todo, Europa saldó el año anterior (0,5% vs 3,5%, 2022) exhibiendo, también, un comportamiento mejor del esperado por la propia Comisión Europea (a finales de 2022 preveía un0,3%).

    Por territorios, la economía menorquina registró el menor crecimiento como consecuencia del menor empuje de los servicios (1,8% vs 2,4% 3º trim.), por debajo de Ibiza y Formentera (2,7% vs 3,0% 3º trim.) y de Mallorca (2,9% vs 2,7% 3º trim.). En el balance anual, todas las Islas se situaron por encima de los niveles de actividad prepandemia, si bien la economía de Ibiza y Formentera registró el mayor dinamismo (4,3% vs 13,4%, 2022) frente a Mallorca (4,0% vs 10,9%, 2022) y Menorca (3,3% vs 10,5%, 2022).

    Desde el punto de vista de la oferta, el sector servicios, aprovechando el alargamiento de la temporada turística y el inicio de la campaña de Navidad, tuvo un crecimiento del 2,9% durante el cuarto trimestre, dando por saldado finalmente el diferencial respecto de los niveles prepandemia (+0,9% vs -0,7%, 3º trim.). Así, los servicios cerraron el año con un crecimiento medio del 4,3% (vs 12,4%, 2022), confirmándose como el principal soporte del crecimiento regional a lo largo de todo 2023.

    Paralelamente, la industria intensificó en la recta final del año su crecimiento en un contexto global poco favorable (1,3% vs 0,5% 3º trim.), aunque ello no impidió que fuera el sector que menos creció en el conjunto del año (1,2% vs 3,3% construcción; 4,3% servicios). Por su parte, la construcción cerró 2023 fortaleciendo de forma significativa su aumento con un 2,7% (vs 1,2% 3º trim.). El balance anual (3,3% vs 1,9%, España) confirmó que el sector operó, todo el año pasado, por encima de los niveles de actividad prepandemia (+2,9%), un hito que todavía no se ha observado desde la óptica estatal (-11,0%).

    Prueba de todo ello es que la vigencia de la creación de empleo entre los meses de octubre y diciembre (3,2% vs 4,3%, 3º trim.), situó el número total de trabajadores en activo a cierre del ejercicio (469.520) en el nivel más elevado de toda la serie histórica. De hecho, superando los 491.000 trabajadores en alta de media en el cuarto trimestre, la tasa de paro registrado se situó en el 5,8% (+1,3 puntos por encima del tercer trimestre), la más baja de los últimos veinte años para esa época del año.

    Desde la óptica de la demanda, el consumo privado aprovechó tanto el buen balance turístico como la resistencia del gasto familiar, impulsado por un nuevo avance de los salarios y la moderación de la inflación, para cerrar el cuarto trimestre con un avance del 2,8% (vs 2,5% 3º trim.). Al mismo tiempo, la demanda de inversión se mantuvo, un trimestre más, como la fracción más débil de la demanda interna, si bien la incipiente reducción de los tipos de interés y la mejora de las expectativas empresariales ayudaron a fortalecer su crecimiento a lo largo de los últimos tres meses del ejercicio, con un avance del 1,8% (vs 1,3% 3º trim.).

    La inflación marcará la recuperación de la capacidad de gasto de familias y empresas

    Baleares afronta la primera mitad de 2024 en un contexto global que dificulta la senda de crecimiento y en el que, todo parece indicar, retomará la tendencia a la desaceleración de la actividad. Preocupa especialmente la llamada ‘última milla’ de la lucha contra la inflación, ya que, si bien se ha avanzado en el proceso desinflacionista, se espera que en el corto y el medio plazo el ritmo de encarecimiento de los precios continue por encima del objetivo (2%). De hecho, el IPC ha moderado su ritmo de desescalada durante enero (3,4%) y febrero (2,6%) no solo en el Archipiélago o a nivel nacional (3,4% y 2,8%, respectivamente), sino también en el ámbito comunitario (3,1% y 2,8%, respectivamente) y americano (3,1% y 3,2%).

    En este contexto, sin duda, el mayor o menor éxito en esta etapa final de control de la inflación marcará la evolución de las diferentes economías del panorama mundial en los próximos trimestres y dependerá, en gran parte, la recuperación de la capacidad de gasto de familias y empresas. Así lo recogen las nuevas previsiones de crecimiento publicadas por el Fondo Monetario Internacional a finales de enero, que apuntan al mantenimiento del ritmo de avance de la economía mundial durante este 2024 (3,1% vs 3,1%, 2023). Así pues, se espera que el ligero debilitamiento de las economías avanzadas (1,5% vs 1,6%, 2023), se vea compensado por la conservación de mayores dosis de dinamismo en las economías emergentes (4,1% vs 4,1%, 2023). Dentro del primer grupo, destaca también la marcada debilidad del crecimiento pronosticada para el conjunto de la zona del euro (0,9% vs 0,5%, 2023) como la moderación del crecimiento previsto para España (1,5% vs 2,4%, 2023).

    Esta tónica de desaceleración se espera que tenga continuidad también a lo largo de 2025, una circunstancia que de nuevo invita a revisar el patrón de crecimiento desde el impulso de la productividad como única forma de mantener a largo plazo el marcador de crecimiento de las Islas cerca de su nivel potencial. No se puede obviar que el acercamiento a los niveles de saturación y el freno de la demanda europea dejará cada vez más patente el agotamiento de la vía del volumen como fuente de crecimiento balear.

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