Enrique Gómez, sociólogo e investigador, ha sido el encargado de elaborar y presentar el informe sobre “La situación social de las personas de Senegal que realizan venta ambulante en Mallorca”, un estudio de 45 páginas promovido y coordinado por Cáritas Mallorca y que se ha elaborado a partir de 139 encuestas de campo y completado con entrevistas en profundidad. Las conclusiones que se extraen del informe son varias, tal y como ha apuntado Gómez en la presentación:
La primera es que las personas senegalesas que han decidido venir a Mallorca lo hacen porque las condiciones de vida en su país son muy desfavorables (desigualdad social, falta de recursos para completar la formación, deficientes condiciones laborales…). Con estas pocas expectativas de progresar deciden, muchas veces sin planificar, migrar hacia Europa.
La segunda conclusión que se desprende es que la situación que se encuentran en Europa, en este caso en Mallorca, es muy complicada. La falta de conocimiento del idioma, la escasa formación, la poca experiencia profesional pero sobre todo la no regularización de su situación significa una realidad de desprotección y vulnerabilidad muy alta. La imposibilidad de regularizar su situación supone además una barrera para poder desarrollarse, ya que no pueden ni acceder a trabajos a cuenta de terceros (por dificultades idiomáticas, falta de formación…) ni tampoco por cuenta propia (no tienen recursos para pagar impuestos o cuotas), la única salida que tienen es la venta ambulante, una actividad a la que no quieren dedicarse.
Un tercer punto que aparece en el informe como conclusión es que es un colectivo que se enfrenta a situaciones de conflicto con otros colectivos muchas veces derivados por la práctica de la venta ambulante, episodios como la persecución policial, la falta de respeto o la discriminación.
En esa línea, el informe prosigue que la discriminación y la falta de conocimiento del idioma también les supone dificultades para relacionarse con personas que no sean de su nacionalidad, una realidad que, añadida a que muchas veces tienen la familia en Senegal, los hacen emocionalmente vulnerables.
A pesar de todas estas dificultades, Enrique Gómez ha destacado en su intervención que son personas positivas y que tienen esperanzas de mejorar su situación mediante un trabajo normalizado. Una normalización que algunos quieren que sea definitivamente en Mallorca y otros quieren volver a su país después de generar recursos suficientes para hacerlo.
En la presentación del informe sobre la realidad social de las personas senegalesas que se dedican a la venta ambulante en Mallorca también se ha escuchado a Babacar Diakhate, colaborador de Cáritas Mallorca y que desde su experiencia personal (se dedicó a la venta ambulante durante un tiempo) explicó la situación de este colectivo y la realidad a la que se enfrentan diariamente.
Desde Cáritas Mallorca también ha intervenido Bárbara Picornell, coordinadora de Acción Social de Base (Palma 1) de Cáritas, quien ha recordado que la entidad lleva cerca de 14 años apoyando y acompañando al colectivo de senegaleses, con diferentes proyectos, una colaboración que se inició en 2006 con la llamada crisis de las pateras y la llegada de un número importante de senegaleses a la isla.
Desde un primer momento Cáritas tuvo claro que su posición era la de atender y acompañar este colectivo debido a las dificultades de acceder a derechos básicos. Precisamente en 2007 se realizó por parte de la entidad un estudio sobre vendedores ambulantes y se constató la dificultad de acceder a la sanidad, a un trabajo con contrato y prestaciones sociales por no tener una situación regularizada, añadiendo la dificultad del idioma y tener la familia lejos en muchos de los casos. A través de este estudio se constató también que la venta ambulante era una salida para poder cubrir necesidades básicas y también para ayudar a las familias.
A partir de este primer estudio, Cáritas ha planificado y ha ido añadiendo a lo largo de estos años varios proyectos para dar respuesta a las demandas de los colectivos de migrantes en general y, en este caso, de los senegaleses en particular, una respuesta que se ha desarrollado, apuntó Bárbara Picornell, “a través de un trabajo en torno a cuatro acciones que son la acogida, la protección, la promoción y la integración de estas personas recién llegadas”.
Durante el primer paso de acogida digna y de escucha de sus historias de vida por parte de las trabajadoras sociales, se inicia también un trabajo de orientación y acompañamiento para la defensa de sus derechos. En este apartado se han realizado talleres para dar a conocer la ley de extranjería y los derechos y deberes de las personas migrantes, así como las normativas en materia de venta ambulante. En la fase de promoción de la persona, Cáritas también ha trabajado en el desarrollo integral de estas personas buscando alternativas para mejorar su situación a través de clases de lengua y cultura, de orientación laboral, acompañamiento en el ámbito de la salud y asesoramiento jurídico.
En esta fase de la promoción también se ha trabajado con las comunidades de origen. En 2007
La presencia de un técnico social senegalés en Cáritas, Mahécor Mbenge, ha sido fundamental para entender y conocer la realidad de la comunidad senegalesa y para llevar a cabo acciones de intervención, mediación y sensibilización.
Cáritas Mallorca también ha impulsado iniciativas productivas en el Norte de Senegal con las personas más vulnerables gracias a diferentes convocatorias de cooperación del Govern balear. También forma parte de una red de atención y acompañamiento a los migrantes del Sahel y Norte de África para dar respuesta y acompañar a las personas en su camino.
Además, y a nivel local, Cáritas promueve espacios de debate y reflexión conjunta ante la realidad de la venta ambulante, también se han buscado acciones formativas para que estas personas tengan opciones de integración en el mundo laboral. Se han hecho reuniones con la federación hotelera y cadenas hoteleras de cara a ofrecer alternativas formativas durante el tiempo de irregularidad y poder hacer un proceso de formación.
Asimismo, desde hace varios años se hace un trabajo de mediación con la policía local de Palma para buscar alternativas y reducir los conflictos durante la temporada turística. En este apartado también se ha trabajado en red con administraciones públicas, municipales y autonómicas, para buscar alternativas a la venta ambulante.