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viernes, abril 26, 2024
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    Una luz de esperanza Una frenética carrera por la vida que no da ningún compás de espera

    Fernando Cuellar, ciudadano colombiano, espera la colaboración del consulado de España en Bogotá para que su hermano viaje a Palma y sea donante de medula ósea

    Por Juan Pablo Blanco A

    Llegó en el 2001 con la ilusión de encontrar bienestar para su familia. Una tía que residía en Mallorca le ayudó a viajar desde su natal Bugalagrande, en el Valle del Cauca (Colombia), donde no tenía estabilidad laboral. Inicialmente trabajó en la construcción, todo iba a pedir de boca, y la idea inicial de labrarse el camino a la plenitud se había materializado. Siete años después al irrumpir la crisis dejó de trabajar en la obra y consiguió un puesto en la sección de equipajes del aeropuerto Son Sant Joan de Palma.

    El rumbo de la vida de Fernando Cuellar cambió totalmente desde octubre del 2013 cuando le detectaron mieloma múltiple. En diálogo con Baleares Sin Fronteras, este colombiano de 45 años, recuerda que todo comenzó con un dolor en la espalda, costillas, asfixia y sangrado nasal.

    No dudó en acudir al especialista, quien ordenó el inmediato ingreso para que se le practicaran los análisis, que al final arrojaron el diagnóstico de la enfermedad contra la que lucha desde aquel entonces. Los médicos optaron por hacer un autotransplante, al comienzo fue bien, sin embargo los dolores y las recaídas volvieron a aparecer en abril de este año, las defensas se le bajaban y fue hospitalizado hasta tres veces.

    Los dolores no cesaban y la hematóloga que lo trataba le planteó la alternativa de que a alguno de sus hermanos, residentes en Cali, se les practicara una prueba para determinar la posibilidad de compatibilidad para la donación de médula ósea.

    Aunque Fernando es consciente de que lo que padece es incurable, existe un tratamiento que podría aliviar en gran parte los dolores y darle una alternativa de vida digna. Afortunadamente, uno de sus hermanos resultó cien por cien compatible, a partir de ahí han surgieron los problemas burocráticos para el desplazamiento del familiar a Mallorca.

    En este caso, la hematóloga le dio un certificado del proceso de la enfermedad para que a su vez Fernando lo remitiera a su familia. Lo primordial era obtener el visado del consulado español de Bogotá. No obstante, las autoridades consulares, a pesar de la gravedad del asunto, pusieron trabas burocráticas, como la exigencia de aportar medios económicos de los que carecía el hermano de Fernando, que dicho sea, tenía comprado el billete de avión para el 10 de octubre.

    Ante el peligro de perder esta oportunidad, el propietario de una reconocida agencia de viajes de Palma en donde se compró el billete de avión para el futuro donante de médula ósea, contactó con  este periódico para exponer el caso. Acto seguido tras comunicarnos con el consulado colombiano de Palma, al día siguiente Fernando encontraba el apoyo gubernamental con una nota que la cancillería envió al consulado de España en Bogotá solicitando el visado de su familiar por la condición carácter humanitario. 

    Al cierre de esta edición, 8 de octubre, confiamos en que …………….pueda superar los obstáculos del papeleo y llegue a tiempo a Palma para devolverle la alegría de vivir a su hermano Fernando Cuellar, que a través de este medio le envía unas palabras de agradecimiento a los funcionarios del consulado de Colombia en Palma por haber agilizado los trámites para evitar que el billete de avión de su hermano se perdiera, una frenética carrera de vida que no da ningún compás de espera.

    El caso Nora Montaño

    Los lectores de este periódico nos han preguntado acerca del caso de esta colombiana publicado hace un mes. Narrábamos la angustiosa situación, los avatares de la vida la han empujado a pasar las noches en las calles o cajeros automáticos de Palma. La crónica sirvió para que el cónsul de Colombia, Frank Godoy, quien desconocía el caso contactara con Nora.

    Finalmente, esta ciudadana, originaria de Cali, residente hace quince años en Mallorca, encontró ayuda en un albergue, y mientras está a la espera de resolver si regresa a su país o  permanece en España, sigue una terapia de rehabilitación en Proyecto Hombre.

    Estos hechos que permanecen en el anonimato, aunque hace parte del trabajo del consulado, tal y como lo expone a este BSF, Frank Godoy,  ha tocado la sensibilidad de los propios funcionarios de la oficina consular,  varios compatriotas de Nora y gente de diferentes nacionalidades que no han permanecido indiferentes ante un drama del que nadie está exento.


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