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martes, marzo 19, 2024
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    Más de tres millones de personas se benefician de la respuesta de agua y saneamiento de Cruz Roja Española

    Cruz Roja trabaja durante todo el año a nivel internacional para facilitar el acceso al agua en emergencias internacionales; WASH: la Unidad de Respuesta en Emergencias de Agua y Saneamiento de Cruz Roja, es la unidad encargada de garantizar el que se considera uno de los derechos humanos que más riesgo corre tras un desastre: el acceso a agua potable, y saneamiento. El objetivo fundamental es contribuir a la reducción de la mortalidad y el sufrimiento provocados por el daño o la destrucción de los hábitats y los sistemas de abastecimiento de agua. En situaciones como las que vive Ucrania desde hace 9 años, con frecuencia, las poblaciones carecen de protección, asistencia médica y acceso al agua potable por el daño y la destrucción de las fuentes de suministro. En situaciones de crisis agudas, cuando se interrumpe el suministro de agua (a veces deliberadamente) y se pone en riesgo la vida de las personas, que deben buscar fuentes alternativas de agua en entornos hostiles.

    Durante los conflictos armados y los desastres naturales suele haber necesidades urgentes de agua, a veces como consecuencia de desplazamientos masivos de población. Actuar rápidamente es prioritario, en particular, para asegurar el acceso al agua en cantidad y calidad suficientes.

    Cruz Roja Española está desarrollando proyectos en países como Burundi, Níger, Burkina Faso, Haití, Malawi, Sudán y Mali, que a día de hoy hacen posible que más de 3.000.000 de personas puedan tener este derecho y necesidad cubierto.

    En el mundo, a través de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se atienen las necesidades de 15,9 millones de personas anualmente a través de la WASH. Se trabaja en países endémicos de cólera, incluida la construcción y rehabilitación de puntos de agua, mejorando el acceso a las instalaciones de saneamiento, promoviendo el lavado de manos y la preparación comunitaria. 

    Los proyectos de agua de Cruz Roja Española en el mundo

    En Burundi, el 80% de las muertes de niños de menores de cinco años se deben a las deficitarias condiciones de acceso a bienes esenciales como el agua y saneamiento; diarrea, cólera o hepatitis, enfermedades asociadas a la carencia de este bien, un agua insalubre y la falta de higiene son, a su vez, las mayores causas de malnutrición. Por ello, Cruz Roja Española construye fuentes de agua, red de suministro, letrinas y sistemas que permitan la recogida en zonas rurales con vulnerabilidad social alta en zonas afectadas por desastres naturales con presencia de población desplazada además de población refugiada burundesa que ha retornado, entre otros países de la región, de Tanzania; se desarrollan en Bururi, Gitenga, Kirundo, Mwaro, Rumonge, Cankuzo y Ruyigi.  Se trata de un Consorcio financiado en un 95% por la Unión Europea ejecutado por Cruz Roja Española, Cruz Roja Belga comunidad francófona y Cruz Roja de Burundi del que se benefician más de 40.000 personas. 

    En Níger, con el aumento de personas refugiadas de Mali y Nigeria a Tillabéry y Thoua se dificulta el acceso al agua; además de apoyar la estrategia de salida progresiva de las personas refugiadas de los campos, se fortalecen los mecanismos de resiliencia y se responde a las demandas de emergencia en Ouallam, con 2.876 mujeres en 1.169 hogares, y hasta 5.378 personas beneficiarias en total, a través de un proyecto financiado por AECID. Ya se han instalado tres fuentes de agua y lavaderos en el asentamiento de refugiados de las que también se benefician 750 personas que tienen asegurado el abastecimiento suficiente, seguro y asequible para el uso personal y doméstico, lo que mejora su salud y seguridad.

    En Burkina Faso se trabaja con el alumnado y centros de salud de la comuna de Komki Ipala, gracias también a la alianza con la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Aldaia; A través de Cruz Roja, 700 alumnos y 725 alumnas de 6 escuelas tienen acceso al servicio básico, y dos centros de salud cuentan con un sistema de agua potable e instalaciones de higiene y saneamiento; además, 14.103 personas han sido informadas sobre la mejora del comportamiento y hábitos higiénicos con el fin de evitar la propagación de enfermedades.

    Desde 2004, Cruz Roja Española trabaja de manera continuada en Haití con proyectos de preparación ante desastres naturales, mejora de los hábitos de vida, rehabilitación de escuelas, atención a desplazados internos, y la mejora de acceso a agua, entre otros. En octubre de 2022, Haití sufrió un brote de cólera que agravaron los problemas anteriores relativos a la seguridad y la crisis social y económica, las luchas entre bandas, las cuestiones políticas, la inflación de los precios y la falta de gasolina y combustible, lo que provocó que aumentara los casos de cólera. En colaboración con la Cruz Roja Haitiana, se pusieron en marcha procesos de purificación del agua, distribución cloro, jabones y bidones, se instalaron puntos de agua, y se distribuyeron productos de higiene, limpieza y desinfección a la población, que incluyen hospitales y centros de salud. Financiado íntegramente por ECHO, la oficina de ayuda humanitaria de la Unión Europea, se ha conseguido atender las necesidades de cerca de 45.000 personas.

    En Malawi, hasta enero de 2023 se habían detectado más de 21.000 nuevos casos de cólera, y 7.000 muertes. En consonancia con el Plan de Respuesta al Cólera del Gobierno de Malawi, se activó un llamamiento de emergencia que tiene por objeto ampliar las actividades y las zonas geográficas para responder al nuevo y creciente número de casos de cólera, y se ampliaron las actividades en 15 distritos, atendiendo a más de dos millones de personas durante doce meses. El Ministerio de Sanidad de Malawi coordina diariamente las reuniones del grupo de trabajo nacional de socios para esta respuesta con la participación de los socios del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y otros socios, como la OMS y UNICEF. Hasta la fecha, se ha llegado a casi 800.000 hogares.

    Um Sangour, es uno de los 10 campos de refugiados sudaneses entre la frontera con Sudán del Sur y la ciudad de Kosti, en el Estado del Nilo Blanco.  En estos campos viven cerca de 280.000 refugiados, que desde el año 2015 no han dejado de llegar. El campo de refugiados de Um Sangour tiene una población de 38.842 refugiados y acoge a numerosas nuevas llegadas. Las necesidades de agua, saneamiento e higiene son las mayores de entre los 10 campos, con niveles de abastecimiento de agua por debajo de los 9 litros por día y con una cobertura de letrinas familiares inferior al 15%; muy lejos de los estándares de emergencia e incluso de post emergencia.  Allí, Cruz Roja Española desarrolla su proyecto de mejora de acceso al agua, saneamiento e higiene, que cambia la alimentación de las bombas que abastecen el sistema de agua para sustituirlas por energía solar, rehabilita la red de distribución y los puntos de agua, lo que beneficia a más de 40.000 personas de la comunidad de acogida, y refugiadas, de las cuales se estima que más de 2.9000 se beneficiarán de las letrinas comunitarias también. Este proyecto cuenta con el apoyo de Ferrovial y la Junta de Castilla y León. 

    En Mali el objetivo es que mujeres integrantes de asociaciones agrícolas accedan a la propiedad de la tierra, a medios de producción, a la mejora de su productividad, y la autonomía económica y seguridad alimentaria que merecen, principalmente a través de mecanismos de transferencia en efectivo. En Pelengana, la inseguridad alimentaria y la falta de agua es un problema que se suma a la situación geográfica en el conflicto armado, que sirve de lugar de refugio para personas desplazadas internas. Más de 250 mujeres y 100 hombres se benefician de este proyecto como integrantes de tres asociaciones agrícolas, en la que también colabora la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional y Desarrollo.

    Los problemas de agua en el mundo

    El mundo experimentará en primera instancia los impactos del cambio climático a través del agua: ya sea por fenómenos meteorológicos como las DANAs, que causan inundaciones, o las sequías, y todo ello unido a un deterioro de la calidad. Alrededor de cuatro de cada diez personas ya se ven afectadas por escasez de agua según la OMS, y se prevé que la cantidad de personas que carecen de suficiente agua, al menos un mes al año, aumente de los 3.600 millones actuales a más de 5.000 para 2050. 

    Casi las tres cuartas partes de todos los desastres recientes están relacionados con el agua y el cambio climático, que está aumentando en probabilidad y gravedad; inundaciones, tormentas y sequías hacen que el agua sea escasa, volátil y contaminada con impactos más severos en las regiones vulnerables. El cambio climático está exacerbando la transmisión y propagación de enfermedades como la malaria y el dengue, y es imposible brindar atención médica segura sin acceso a agua. La mitad de los servicios de salud de todo el mundo carecen de servicios básicos de higiene: alrededor de 3.850 millones de personas utilizan estas instalaciones, lo que las pone en mayor riesgo de infección, incluidos los 688 millones de personas que reciben atención en instalaciones sin ningún tipo de higiene. 

    Los desastres relacionados con el agua y los cambios en los patrones de lluvia exacerbarán la inseguridad alimentaria aguda y la desnutrición a medida que se vean afectados la producción de alimentos y los medios de subsistencia; el 70% de la agricultura mundial es de secano, y 1.3000 millones de personas dependen de la agricultura para su sustento.

    La población urbana también se enfrenta a los desafíos, cada vez mayores, de escasez de agua por fuertes lluvias y olas de calor más severas; los grupos más vulnerables de los barrios marginales y las zonas costeras bajas sienten el mayor impacto. Los niños y niñas, personas mayores y personas con problemas de salud corren mayor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el agua y el saneamiento, así como por los propios efectos de las olas de calor. 

    La Plataforma Global de Resiliencia Climática, lanzada por la IFRC en la COP27, está diseñada para aumentar la resiliencia de las comunidades más vulnerables al cambio climático a través de alertas tempranas y acciones anticipatorias, soluciones basadas en la naturaleza y protecciones sociales sensibles a los choques.

    Las comunidades locales y los equipos de respuesta son actores clave en la acción del agua. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, la Federación Internacional, junto con la Cruz Roja de los Países Bajos, la UNDRR y la OMM, lanzarán una nueva iniciativa llamada “El agua en el corazón de la acción climática”. Este programa se implementará en cuatro países africanos (Sudán, Sudán del Sur, Etiopía, Uganda) para ampliar los esfuerzos para llevar a cabo programas WASH sostenibles a gran escala para reducir los riesgos y aumentar la resiliencia climática. A medida que nos adaptamos a un clima cambiante, las medidas de alerta temprana y acción temprana son necesarias para salvar vidas y medios de subsistencia en comunidades vulnerables en riesgo de desastres relacionados con el agua. 

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