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lunes, noviembre 11, 2024
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    La victoria de Donald Trump ha supuesto el despertar de los sentimientos xenófobos y racistas

    Aún nos parece mentira, creemos que es una mala pesadilla. La gran mayoría de personas que conozco, la sociedad en la que vivo, y el mundo globalizado en el que vivimos se sorprende, y de algún modo se consuela, por lo que supone, o parece, un cambio de dirección en las políticas internacionales.

    La victoria de Donald Trump en la carrera a la presidencia de los Estados Unidos de América ha supuesto el despertar de los sentimientos xenófobos de muchas personas y colectivos que se muestran orgullosos de defender lo suyo.

    Nadie se lo esperaba, ¿o sí? Lo que está claro es que de algún modo las encuestas y analistas políticos han fallado, y por mucho, en sus predicciones, no han sabido interpretar el sentimiento político de la sociedad o lo han interpretado mal. Últimamente es bastante frecuente que esto suceda, algo está cambiando.

    A mi modo de ver si que tiene una explicación; es el propio sistema capitalista agresivo el que nos ha llevado a esta situación; el propio sistema con la especulación por bandera, ha provocado que la acuciante crisis haya destrozado a las clases medias y haya agrandado la brecha de la desigualdad.
    Las políticas de austeridad, y la incapacidad, o la falta de voluntad de los países desarrollados, por ayudar y ser parte de la solución real de la gran tragedia humanitaria que está suponiendo la guerra en Siria, y en definitiva el problema de Oriente, está provocando que la visión de la inmigración y de los refugiados por parte de la sociedad sea la de un problema que se nos viene encima y para el cual no tenemos respuesta. Es la visión del Miedo.
    Por tanto, los políticos, o los que mandan, quieren crear la idea de que es un peligro ayudar a todas esas personas, que es peligroso para el conjunto de la sociedad. Imagínense que entre tanto sirio se nos cuela alguien de Isis o de algún movimiento terrorista Islámico. Este es el argumento.
    No podemos dejar de ser solidarios por el miedo a lo diferente, debemos integrar y ayudar, hablamos de niños, de mujeres, de jóvenes, de padres de familia, de familias enteras que huyen del horror.
    Sucede en Europa y Estados Unidos que últimamente los partidos políticos en lugar de ofrecer soluciones se dedican a vendernos que si gana el contrario todo será un desastre, y es este el motivo por el que se debe votar, para evitar el debacle social. Los conservadores suelen ser bastante más hábiles y es por ello que, en situaciones complicadas, mueven mejor el electorado del miedo a su favor, el electorado que no quiere que las cosas cambien.

    Levantar un muro en la frontera con México, expulsar de EEUU a todos aquellos inmigrantes que delincan, comparar a los refugiados Sirios con serpientes, son algunas de las lindezas o ejemplos claros que nos deja Donald Trump de cómo piensa, de cuáles son sus argumentos en esta materia.

    Es evidente y notorio su pensamiento xenófobo, y para colmo le ha entregado la presidencia y el bastón de mando el único presidente negro que ha tenido EEUU hasta la fecha, Barack Obama.

    El escepticismo aumenta cuando vemos quienes son los países o políticos que se congratulan con esta victoria: Hungría, Lepen en Francia, Turquía, y en general partidos de tinte xenófobo que comienzan a visualizarse de un modo más claro en el panorama político internacional. La victoria de Trump es una puerta abierta a idearios y recetas anti solidarias que nos llegan del pasado más oscuro, ¿será que la historia es cíclica?

    Me he centrado en la victoria de Trump desde el punto de vista de la inmigración, pero no hay que dejar de recordar que existen otros puntos que dan realmente miedo, tales como la visión que tiene del cambio climático, que según él y sus allegados es una burda falacia, es un cuento del que no hay que preocuparse, o por otra parte las recetas económicas que se proyectan en el futuro, ya que desde que el gigante “Leeman Brothers” quebró, gracias a la especulación y a los mercados, el sistema político económico comenzó a poner límites y barreras a las prácticas especulativas de los agentes económicos privados. Pero parece ser que Donald prefiere levantar esos límites para que se pueda seguir dando rienda suelta a la especulación y al poder absoluto del libre mercado, precisamente lo que nos ha traído hasta aquí.

    Eso decía una canción, y eso es lo que parece que son unas elecciones últimamente, ya que después de ganar el político de turno, suele darse que el discurso se relaja y que las aptitudes agresivas se suavizan. Espero por el bien de todos que sea así, y que muchos de los argumentos radicales empleados en campaña hayan servido solo para captar el voto del miedo, para confundir y para practicar la típica demagogia de cualquier campaña.

    Fdo. Igor Valiente

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